Jueves 7 de Abril, a media mañana después de repostar agua, soltamos amarras y recogimos el ancla bajo la atenta mirada de un velero recién llegado, pues en esta maniobra siempre cabe la posibilidad que las anclas estén muy juntas y al subir la tuya recojas también la de tu vecino, pero este no fue el caso, habían respetado correctamente nuestra linea.
Pusimos rumbo a Itea a otra marina abandonada, pues queríamos visitar las ruinas del Templo de Apolo que se encuentra en Delfos, o Delfis como dicen aquí.
Hay gente que las visita desde Galaxidi, pero tienes que ir en taxi que te espera 2 horas, y desde Itea tienes un autobús con lo cual tienes mas tiempo para la visita y es muchísimo mas barato, (60€ en taxi contra 4€ ida y vuelta en autobús).
Itea es un pueblo sin demasiado atractivo, pero su cercanía a Delfos atrae a muchos veleros, ya que en su marina te puedes abarloar y dejar todo el día el barco solo sin peligro debido a su protección.
Ya una vez amarrados bajamos a inspeccionar Itea y localizar la estación de autobuses y sus horarios.
Aprovechamos también para ir a uno de sus supermercados y tomar un souvlaki en una de las tavernas del paseo marítimo.
Al día siguiente a las 10:45 h cogimos un autobús rumbo a Delfos, tras un poco mas de 30 minutos de trayecto llegamos.
Delfos es un lugar que todo el mundo que pase por aquí debería visitar.
Visitamos las ruinas exteriores y el museo y quedamos gratamente satisfechos.
De vez en cuando va bien culturizarse.
La ubicación de estas ruinas se encuentran en un paraje espectacular, normal que Apolo escogiera este lugar.
Sobre las 16:00 h regresamos a Ahijuna, ya que el grumetillo Rumbo se había quedado vigilando el barco, ya que no esta permitida la entrada de perros en las ruinas. Aunque como no iba a ser menos hasta aquí había perros vagabundos, los cuales abundan en toda Grecia.